El general Mario Rozas, responsable de los Carabineros de Chile, anunció el pasado miércoles la suspensión del uso de perdigones como medio disuasivo en las manifestaciones públicas, esto debido al polémico uso de los perdigones por parte de las fuerzas de seguridad que han dejado decenas de personas con heridas en los ojos, lo que ha causado grandes controversias en el país austral, azotada actualmente por una crisis política sin precedentes en la era democrática.
Para Rozas, los Carabineros han sido prudentes han decido ser prudentes y suspender el uso del polémico método de disuasión destinado a manifestaciones o hechos públicos donde se presente un peligro inminente de muerte, explicó que con los perdigones se sigue la misma normativa que se aplica a las armas de fuego que portan de manera reglamentaria las fuerzas de seguridad.
Hasta el pasado 18 de noviembre el Colegio Médico de Chile llevada contabilizados 272 casos de personas heridas con heridas de perdigones en los ojos, por lo que se había pronunciado exigiendo la suspensión de forma inmediata de este método represivo; que desde que comenzó a utilizarse el 18 de octubre ha generado una gran cantidad criticas tanto a nivel nacional como internacional.
Las réplicas del general Vidal
Hace pocos días el general Aldo Vidal quien ostenta un alto cargo en el cuerpo de Carabineros había replicado a quienes acusan a este cuerpo de haber usado de manera indiscriminada la fuerza durante la jornada de manifestaciones que sacude el país, sosteniendo que para los carabineros es muy difícil contener una masa violenta sin que de uno u otro lado se presente daño colateral, aseguró que en su gran mayoría quienes recibieron un perdigón estaban donde no tenían que estar.
Aseguró además Aldo Vidal que las fuerzas que se están empleando para hacer frente a estos graves altercados no disponen de los elementos suficientes para contrarrestar manifestaciones en la que están presentes decenas de miles de personas.
Acusaciones contra el presidente
La jornada de protestas en Chile ha dejado un saldo de 23 personas muertas, 3400 heridos ( 2.400 manifestantes y 1.000 carabineros) y cerca de 7.000 detenidos, de acuerdo a datos ofrecidos por la agencia Reuters; la crisis vivida en la nación sureña ha venido provocando una creciente división en su clase política, que afecta a todos los sectores, tanto de derecha como de izquierda, que se han mostrado incapaces de lograr un acuerdo para hacer frente a esta situación.
Incluso el propio presidente Sebastián Piñera ha sido objeto de una acusación constitucional presentada por un grupo de diputados de la izquierda, por su presunta responsabilidad en las violaciones de los derechos humanos cometidas durante las jornadas de protesta por agentes del Estado chileno.
Piñera ha salido a la palestra asegurando que la acusación no tiene fundamentos y que en estos Momentos lo que necesita Chile es paz, unidad y acuerdos para solucionar la crisis que se vive desde el pasado 18 de octubre.
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